Nacido en Cúcuta, Nieto Escalante
es abogado y anteriormente fue Secretario de Medio Ambiente de la ciudad de Bogotá.
También ha sido Contralor de la misma ciudad y gerente del Instituto Colombiano
de la Reforma Agraria (Incora).
Se licenció como jurista de la Universidad
Libre (Sede Cúcuta), y obtuvo una maestría en Política Económica Internacional
en Belgrano (Argentina),
especializándose en Administración Ambiental en la Universidad Católica
Argentina.¿Qué es Catastreros? Este es el blog de Ignacio Durán Boo. Nacido durante mi etapa de trabajo en la Dirección General del Catastro de España, ahora está abierto a todo aquello que tenga que ver con los datos y las administraciones publicas.
viernes, 19 de abril de 2013
Nuevo Director General del Instituto Geográfico Agustín Codazzi, de Colombia.
Juan Antonio Nieto Escalante ha sido nombrado recientemente Director
General del Instituto Geográfico Agustín Codazzi de Colombia, sustituyendo en
el cargo a Iván Darío Gómez.
lunes, 15 de abril de 2013
El catastro más antiguo del mundo.
Conocíamos las referencias a
Mesopotamia como la cuna de los sistemas catastrales, y ahora se presenta una
oportunidad única para conocer estos antecedentes. En la exposición “Antes del diluvio. Mesopotamia 3500-2100
a.c.” que puede visitarse en la sede de CaixaForum, en Madrid, hasta el 30
de junio, pueden verse los fragmentos
más antiguos que se conocen de un catastro.
Se trata de 9 trozos de distintos
tamaños del llamado “Catastro de Ur-Namma”, tallado sobre diorita y datado entre
el 2112 y el 2095 a. C., que fue encontrado en Nippur , en el Irak actual.
Según se explica en la exposición, se trata de una pieza poco conocida y
expuesta en muy escasas ocasiones.
En la foto siguiente pueden
observarse las inscripciones que presenta el trozo de mayor tamaño. He de reconocer que su observación puede ser algo
frustrante para quienes nos dedicamos profesionalmente al mundo del catastro y
que esperaríamos ver algo parecido a una cartografía parcelaria, pues no se
logran identificar más que algunos
signos dibujados entre rayas paralelas.
En la misma exposición se
muestras varias tablillas circulares y rectangulares de pequeño tamaño, que
pueden verse en las siguientes fotos, esta vez elaboradas de arcilla y en las
que se describen los linderos de distintas parcelas con sus mediciones. En
ellas sí parece adivinarse una representación de la fragmentación física del
terreno.
En la que figura en el centro
puede leerse la siguiente inscripción: “4
bur y 2 iku de terreno (unas 26 hectáreas) propiedad de la diosa Ninurra. El campo de Agurua que el rey había
inspeccionado. El año en que Amar-sin destruyó la ciudad de Urbilum”.
Se trata sin duda de unas piezas
únicas y dignas de ser vistas, al igual que todas las demás que forman parte de esta interesante exposición.
martes, 9 de abril de 2013
Margaret Thatcher, la “poll tax” y el “catastrazo”.
El reciente fallecimiento de
Margaret Thatcher nos obliga a recordar un singular “efecto contagio” que se
produjo en España como consecuencia, entre otras muchas razones, de la llamada “poll
tax” que intentó aplicar en los últimos meses de 1990 la primera ministra
británica en su país.
La “poll tax” fue un nuevo
tributo local con el que se pretendía obligar a contribuir a los ciudadanos por
igual, independientemente de su capacidad económica. Era un tributo “por cabeza”,
es decir, una herramienta más que arcaica, vista desde la óptica de la técnica
tributaria, que imponía una carga
económica igual “al Lord y a su chófer”, como señaló gráficamente un periódico
de la época.
Como no podía ser de otra
forma el empeño personal de Margaret Thatcher, basado en su mera autoridad y en
una más que equivocada evaluación de sus fuerzas, fue contestado masivamente e incluso con
violencia en las calles y aun así la primera ministra no pestañeo en su
pretensión de implantarlo. Tan impopular se convirtió este intento fiscal que
las élites del partido conservador, viendo peligrar su hegemonía y larga
estancia en el gobierno, consideraron oportuno la sustitución inmediata de
Margaret Thatcher por John Major, y la revisión del nuevo impuesto. Con ello se puso fin a su carrera política.
La singularidad es que esta
iniciativa coincidió en España con el frustrado intento de implantan una
actualización masiva de la mayor parte de los inmuebles del país, situando el
valor catastral al 70% del valor teórico de mercado de los inmuebles,
provocando igualmente una gran contestación social, fruto de la cual nació el
ya popular término de “catastrazo”.
Para todos aquellos que
conocimos lo que había detrás de estas iniciativas tributarias fue evidente que
la equiparación que se hizo entonces de ambas reformas en los círculos políticos
y en la prensa fue, además de un grave error técnico, un mero argumento para dañar al gobierno
socialista que entonces presidía Felipe González. Ambas medidas fueron diseñadas y definidas técnicamente de una forma
absolutamente distinta. Frente a la torpeza tributaria de la “poll tax”, propia
de un estado medieval, en el caso del “catastrazo” se desarrolló un trabajo de
un gran valor técnico y una elevada precisión, que permitió definir un nuevo valor
catastral individual para cada inmueble atendiendo a su valor teórico de
mercado, distinguiéndose por tanto de
igual forma entre la capacidad económica de sus propietarios, en este caso establecida
a partir del valor económico de su patrimonio inmobiliario. No obstante, una más que criticable gestión
política del proyecto, y una falta total de alianzas dentro del propio gobierno
socialista, determinaron también su inaplicación.
Muchos de los que participamos
en ese proceso identificamos en el esfuerzo tecnológico y profesional
desarrollado entonces las raíces del actual
modelo catastral español, sin duda una referencia mundial por su arquitectura y utilidad social.
En lo que si se parecieron
ambas iniciativas fue en la respuesta social que generaron. Tanto en el Reino Unido como en España surgió
un clima totalmente contrario, muy bien identificado en la prensa del momento. Si en las islas británicas supuso el principio
del fin de Margaret Thatcher, en España abrió el camino para la salida del Gobierno
del entonces Ministro de Hacienda, Carlos Solchaga. Enfrentado desde tiempo
atrás con el Vicepresidente Alfonso Guerra, este último utiliza la respuesta
social surgida contra el “catastrazo” para dar el “golpe de gracia” a Solchaga,
alejándolo definitivamente de la confianza de Felipe Gonzalez, y como
consecuencia de ello, del propio gobierno.
En la viñeta publicada por
los dibujantes Gallego & Rey el día 28 de noviembre de 1990 en el Diario
16, que incorporamos a este comentario, se resume de forma magistral todo lo
que acabamos de comentar. Mientras que en el Reino Unido una nerviosa Margaret
Thatcher se “suicida” políticamente con la implantación de la “poll tax”, en
España Felipe González desvía hábilmente la presión social que generó el
proceso “disparando” sobre su Ministro de Hacienda, que queda así
definitivamente “quemado” en su papel
dentro del Gobierno.
Se trata de un pequeño
trozo de historia que nos ha de servir para reflexionar sobre cómo ha de
implantarse una reforma tributaria, y cuáles son las consecuencias de una mala
gestión política y técnica de este tipo de reformas. En España se aprendió bien
la lección y se emprendieron importantes reformas legales y técnicas para
evitar nuevos “catastrazos”, con muy buenos resultados, como se demostró en
posteriores iniciativas implantadas con notable éxito.
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