El modelo de reutilización de la información del sector público aplicado en
España, habitualmente conocido con el acrónimo RISP, se basa en un esquema muy
rígido de reparto de roles. Partiendo de la premisa de que la Administración
Pública carece de recursos tecnológicos y humanos suficientes para dar
servicios de valor añadido y especializados a los usuarios finales (ciudadanos
y empresas), genera un modelo de
colaboración público-privada en el que los órganos de la Administración Pública
renuncian al contacto directo con los ciudadanos y a la prestación de estos
servicios, que quedan en manos de las denominadas “empresas infomediarias”.
Esta relación se define habitualmente a través del siguiente esquema:
Fuente: datos.gob.es
Este modelo ha sido asumido en las
estrategias digitales del Gobierno de España, que dentro de los Planes específicos de la Agenda Digital 2020
(documento actualizado a junio 2014), propone acciones para “incrementar la
publicación de data sets por parte de las Administraciones Públicas y aumentar
la actividad empresarial del sector infomediario para lo cual se establecen
mecanismos para promover la cultura de la apertura de información y
reutilización”.
Este reparto de roles parte de
una valoración intrínsecamente negativa de la Administración, como es el
reconocimiento de su incapacidad para prestar servicios especializados y de
valor añadido directamente a los ciudadanos, relegando su función a la de mero
suministrador de información “en bruto”. No es el momento de entrar en debate
sobre esta consideración, dotada de una carga ideológica evidente y que a mi
juicio lesiona gravemente la idea de legitimidad que debería sostener las relaciones
entre Administraciones Públicas y ciudadanos, pero si lo es para plantear
ciertas dudas sobre su validez, al menos en el ámbito de los servicios que ha
de prestar el Catastro. Y todo ello a la luz de un nuevo concepto cuyo valor
crece de manera significativa en los últimos tiempos, y que se define como “Geo-as-a-service” (GeoaaS).
La idea de GeoaaS viene a sumarse
al conjunto de servicios prestados a través de modelos “en la nube”, donde ya
es frecuente la oferta de servicios de infraestructura (IaaS), o software
(SaaS), por citar algunos ejemplos, y en los que el modelo conceptual es
siempre el mismo: el usuario final no necesita invertir en equipos, en
software, en mantenimientos o en formación, puesto que puede recibir todos
estos servicios directamente a través de una solución “en la nube”. El resultado
es un menor coste para el usuario y una menor dispersión de esfuerzos, puesto
que no ha de dedicar recursos, generalmente
especializados y caros, para formarse y dotarse de las herramientas de TI que
necesita. Se trata, en definitiva, de que los usuarios finales puedan disponer
de todas las posibilidades de un GIS, sin necesidad de adquirir de forma
directa de este sistema.
La utilización de las soluciones
GeoaaS ya disponibles permite que los Catastros y los Institutos Geográficos públicos puedan
plantearse una revisión del modelo de reutilización de la información que
gestionan, recuperando en parte la posibilidad de prestar servicios especializados
y directos a ciudadanos y empresas. Soy partidario de la colaboración
público-privada en el entorno de la RISP, en tanto que sobre la misma se genere
realmente productos o servicios en los que la empresa agregue valor, pero no si
su función es la de mera mediadora (la propia expresión “empresas
infomediarias” nunca me pareció muy acertada). Si estamos de acuerdo en que un
ciudadano no debería estar obligado a acudir a una gestoría para obtener su
documento nacional de identidad o su pasaporte, ¿por qué vemos justificado que
un pequeño empresario tenga que acudir a una tercera empresa tan sólo para
descargarse datos del Catastro?. En un modelo real de e-administración, ¿no
debería facilitarse al máximo por el Catastro este tipo de servicios para que los
ciudadanos pudieran acceder a ellos sin sobrecargas adicionales?.
La idea de unas Administraciones
Públicas que han de orientarse más a la prestación de servicios personalizados
a los ciudadanos no es nueva. En un conocido estudio elaborado en 2008 por IBM,
a través del IBM Institute for Business Value, conocido como “Administración Pública 2020: hacia un
entorno de continua colaboración. Seis factores globales exigen la adopción de
nuevas estrategias”, se identifican las siguientes fuerzas
que están remodelando las sociedades y las Administraciones Públicas del mundo:
Sobre este diagnóstico, los
autores proponen un esquema mucho más integrador de colaboración
público-privada, al afirmar que “las
Administraciones Públicas necesitan entender cuáles son los principales
componentes de una continua colaboración y, en segundo lugar, utilizar este
conocimiento para desarrollar soluciones y adaptarlas a las necesidades de los ciudadanos”.
A partir de ello, proponen la
puesta en marcha de planes de acción con diversos componentes, definiéndose el componente 3 de
la siguiente forma:
“Componente 3 – Interacción y servicios personalizados
Las Administraciones Públicas son conscientes de que unos programas
estándar no sirven para cumplir con los requisitos específicos de sus
ciudadanos.
Para responder a las exigencias de eficiencia, eficacia, seguridad y
confidencialidad es preciso poner más foco en medidas gubernamentales
individualizadas. En ámbitos tales como los servicios sociales, los programas
deberían ser diseñados a la medida de las necesidades de los ciudadanos”.
En definitiva, me parece oportuno
que los responsables de las políticas que favorecen la RISP revisen los modelos
actuales y apuesten por una recuperación de la legitimación de las Administraciones
Públicas ante los ciudadanos, para que asuman mayores niveles de prestación de
servicios, más personalizados y con mayor valor añadido. En el ámbito de las
organizaciones catastrales, y de los Institutos Geográficos públicos, esta
función puede desarrollarse a través de la implantación de servicios
GeoaaS, sobre un modelo “en la nube”,
logrando con ello impulsar al máximo la reutilización de la valiosa información
que gestionan.
Puedes ver el
estudio de IBM citado en:
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