martes, 13 de enero de 2015

Geo-as-a-Service (GeoaaS) y la necesaria redefinición de los roles asignados en los modelos de Reutilización de la Información del Sector Público (RISP).

El modelo de reutilización de  la información del sector público aplicado en España, habitualmente conocido con el acrónimo RISP, se basa en un esquema muy rígido de reparto de roles. Partiendo de la premisa de que la Administración Pública carece de recursos tecnológicos y humanos suficientes para dar servicios de valor añadido y especializados a los usuarios finales (ciudadanos y empresas),  genera un modelo de colaboración público-privada en el que los órganos de la Administración Pública renuncian al contacto directo con los ciudadanos y a la prestación de estos servicios, que quedan en manos de las denominadas “empresas infomediarias”. Esta relación se define habitualmente a través del siguiente esquema:


Fuente: datos.gob.es

Este modelo ha sido asumido en las estrategias digitales del Gobierno de España, que dentro de los  Planes específicos de la Agenda Digital 2020 (documento actualizado a junio 2014), propone acciones para “incrementar la publicación de data sets por parte de las Administraciones Públicas y aumentar la actividad empresarial del sector infomediario para lo cual se establecen mecanismos para promover la cultura de la apertura de información y reutilización”.

Este reparto de roles parte de una valoración intrínsecamente negativa de la Administración, como es el reconocimiento de su incapacidad para prestar servicios especializados y de valor añadido directamente a los ciudadanos, relegando su función a la de mero suministrador de información “en bruto”. No es el momento de entrar en debate sobre esta consideración, dotada de una carga ideológica evidente y que a mi juicio lesiona gravemente la idea de legitimidad que debería sostener las relaciones entre Administraciones Públicas y ciudadanos, pero si lo es para plantear ciertas dudas sobre su validez, al menos en el ámbito de los servicios que ha de prestar el Catastro. Y todo ello a la luz de un nuevo concepto cuyo valor crece de manera significativa en los últimos tiempos, y que se define como “Geo-as-a-service” (GeoaaS).

La idea de GeoaaS viene a sumarse al conjunto de servicios prestados a través de modelos “en la nube”, donde ya es frecuente la oferta de servicios de infraestructura (IaaS), o software (SaaS), por citar algunos ejemplos, y en los que el modelo conceptual es siempre el mismo: el usuario final no necesita invertir en equipos, en software, en mantenimientos o en formación, puesto que puede recibir todos estos servicios directamente a través de una solución “en la nube”. El resultado es un menor coste para el usuario y una menor dispersión de esfuerzos, puesto que no ha de dedicar recursos, generalmente  especializados y caros, para formarse y dotarse de las herramientas de TI que necesita. Se trata, en definitiva, de que los usuarios finales puedan disponer de todas las posibilidades de un GIS, sin necesidad de adquirir de forma directa de este sistema.

La utilización de las soluciones GeoaaS  ya disponibles permite que los Catastros y los Institutos Geográficos públicos puedan plantearse una revisión del modelo de reutilización de la información que gestionan, recuperando en parte la posibilidad de prestar servicios especializados y directos a ciudadanos y empresas. Soy partidario de la colaboración público-privada en el entorno de la RISP, en tanto que sobre la misma se genere realmente productos o servicios en los que la empresa agregue valor, pero no si su función es la de mera mediadora (la propia expresión “empresas infomediarias” nunca me pareció muy acertada). Si estamos de acuerdo en que un ciudadano no debería estar obligado a acudir a una gestoría para obtener su documento nacional de identidad o su pasaporte, ¿por qué vemos justificado que un pequeño empresario tenga que acudir a una tercera empresa tan sólo para descargarse datos del Catastro?. En un modelo real de e-administración, ¿no debería facilitarse al máximo por el Catastro este tipo de servicios para que los ciudadanos pudieran acceder a ellos sin sobrecargas adicionales?.

La idea de unas Administraciones Públicas que han de orientarse más a la prestación de servicios personalizados a los ciudadanos no es nueva. En un conocido estudio elaborado en 2008 por IBM, a través del IBM Institute for Business Value, conocido como “Administración Pública 2020: hacia un entorno de continua colaboración. Seis factores globales exigen la adopción de nuevas estrategias”, se identifican las siguientes fuerzas que están remodelando las sociedades y las Administraciones Públicas del mundo:


Sobre este diagnóstico, los autores proponen un esquema mucho más integrador de colaboración público-privada,  al afirmar que  “las Administraciones Públicas necesitan entender cuáles son los principales componentes de una continua colaboración y, en segundo lugar, utilizar este conocimiento para desarrollar soluciones y adaptarlas a las necesidades de los ciudadanos”.

A partir de ello, proponen la puesta en marcha de planes de acción con diversos  componentes, definiéndose el componente 3 de la siguiente forma:
“Componente 3 – Interacción y servicios personalizados
Las Administraciones Públicas son conscientes de que unos programas estándar no sirven para cumplir con los requisitos específicos de sus ciudadanos.
Para responder a las exigencias de eficiencia, eficacia, seguridad y confidencialidad es preciso poner más foco en medidas gubernamentales individualizadas. En ámbitos tales como los servicios sociales, los programas deberían ser diseñados a la medida de las necesidades de los ciudadanos”.

En definitiva, me parece oportuno que los responsables de las políticas que favorecen la RISP revisen los modelos actuales y apuesten por una recuperación de la legitimación de las Administraciones Públicas ante los ciudadanos, para que asuman mayores niveles de prestación de servicios, más personalizados y con mayor valor añadido. En el ámbito de las organizaciones catastrales, y de los Institutos Geográficos públicos, esta función puede desarrollarse a través de la implantación de servicios GeoaaS,  sobre un modelo “en la nube”, logrando con ello impulsar al máximo la reutilización de la valiosa información que gestionan.

Puedes ver el estudio de IBM citado en:                                     

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