En el ámbito de la gestión
pública siempre está presente el debate entre innovación tecnológica y
protección de los derechos de los ciudadanos. Como si se tratase de ideas
contrapuestas, algunas posiciones extremas observan las novedades que está
aportando la tecnología como amenazas a los valores básicos de la gestión
pública (seguridad jurídica, principio de legalidad, etc. ..), mientras que en
la posición contraria encontramos quien pone la tecnología por delante de otros
valores, y critica la gestión pública por poco ágil o inadaptada a las nuevas herramientas
TI. Como casi siempre, parece que en el término medio es donde está la solución.
Desde esta posición intermedia, y
sin renunciar a los principios de garantía que deben regir la acción pública,
creo no obstante importante señalar tres tendencias tecnológicas, en desarrollo
creciente, que a mi juicio van a acabar produciendo modificaciones en la forma
de gestionar los catastros.
Crowdsourcing, o gestión
participativa: La capacidad que nos aportan smartphones y tablets, incluyendo las cámaras que incorporan, dará lugar en poco tiempo
a la aparición de procedimientos administrativos 100%
digitales que serán utilizados por los ciudadanos para formular declaraciones,
presentar recursos y realizar otros trámites ante el Catastro. Se trata de un paso más sobre la idea,
ya “digerida” en muchas estrategias de distintos Gobiernos, de que vamos a servicios creados sobre el principio de “digital as default”, es decir, que los
servicios que presten las Administraciones a los ciudadanos serán, en primer término
y salvo excepción justificada, sobre un modelo de gobierno electrónico. Por
tanto, creo que es ya el momento en que
se vayan diseñando los procedimientos administrativos,- incluyendo las
modificaciones legales que puedan ser necesarias-, conforme a los cuales los
ciudadanos podrán colaborar en el mantenimiento de la información catastral a
través de su dispositivos móviles, cumpliendo con ello además sus obligaciones
legales.
Sin duda así lo ven los
responsables del catastro holandés, cuando han planteado recientemente un
proyecto de colaboración con sus colegas colombianos para integrar el móvil en
los procesos de mantenimiento del Catastro en aquel país.
Plena disponibilidad de la
información catastral, que deberá ser “enriquecida”: Parece que ya es la hora en que los
responsables de los catastros pongan a disposición de la sociedad toda la
información de la que disponen, - cartográfica y alfanumérica-, y no solo aquella
que tradicionalmente se ha considerado interesante. En las bases de datos de
los catastros hay multitud de datos descriptivos de edificios y parcelas
rurales que están subutilizados por la sociedad, porque no se puede acceder fácilmente
a ellos. Y la facilidad a la que me refiero no se limita sólo a un servicio de descarga
masiva, como ya existe por ejemplo, en el Catastro español, sino a la clara
implementación de una línea divulgativa orientada a dar a conocer la existencia
de esta información, en primer término, y ponerla en manos de los usuario, inmediatamente
después.
Y además, debería ser también tarea
de las oficinas de Catastro generar procesos que “enriquecieran” esta
información, agregándole mayor valor, combinando esta información con otra
disponible. En España, por ejemplo, serían muy bien recibidos por muchas PYMES productos
que integrarán ya los datos del Catastro con los del Instituto Nacional de
Estadística, datos que sólo personas muy expertas saben “mezclar”
correctamente. Si creemos en el concepto de “geomárketing”, sería bueno dar
pasos para apoyar su desarrollo.
Y finalmente, el Geo-a-aS (Geo
as a service), o el nuevo papel de los catastros como suministradores de información
elaborada a ciudadanos y empresas: en una entrada del pasado 13 de enero titulada
“Geo-as-a-Service (GeoaaS) y la necesaria
redefinición de los roles asignados en los modelos de Reutilización de la
Información del Sector Público (RISP)”, ya detallé mi opinión sobre este
nuevo escenario, y no voy a repetirme. Únicamente señalar que cada vez son más
demandados servicios GIS por PYMES y ciudadanos que no tienen, ni probablemente
quieren, invertir dinero en adquirir equipos y licencias, ni contratar expertos
en estas tecnologías, pero que si desearían poder utilizar herramientas de geoanalitycs, o representaciones
dinámicas de datos sobre el territorio (que incluyen el componente temporal) que son realmente útiles para su actividad o negocio.
Los datos Catastrales son imprescindibles para ofrecer estos servicios con la mejor calidad posible, por lo que
parecería lógico que sea el Catastro quien los hiciera en primer término.
Como vengo señalando en distintas intervenciones, creo que la tecnología ya
disponible permite definir un nuevo marco para las políticas que favorecen la
reutilización de la información del sector público, en las que las
Administraciones Públicas ya no deberían jugar tan sólo el papel de meros
suministradores de información en bruto.
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