Siempre que se ha de afrontar el
diseño de un proyecto de reforma catastral es imprescindible revisar los casos
que anteriormente se iniciaron en el mismo país o en otros similares, para estudiar
los elementos que definieron el éxito o el fracaso de los mismos.
En los últimos veinte años
Latinoamérica ha sido una de las regiones en las que se han puesto en marcha
algunos de los proyectos de reforma de los catastros más interesantes. Sin
embargo, no todos estos proyectos alcanzaron los objetivos deseados. Analizando
algunos de estos proyectos fallidos se observa que los motivos que determinaron
estos resultados no fueron la falta de acceso a la tecnología necesaria ,-mucha
de esta tecnología, sobre todo la generada por empresas de Estados Unidos,
puede incluso llegar antes a Latinoamérica que a Europa-, ni tampoco la de
profesionales cualificados que puedan participar en el proyecto, -en algunos países
de Latinoamérica existen escuelas universitarias que imparten muy buena
formación en ciencias de la tierra, y especialmente en Catastro-.
Si no faltaron recursos humanos
ni tecnología, ¿qué originó entonces los fracasos detectados?. Como respuesta puede
decirse que la carencia que se repite en casi todos estos proyectos es la
existencia de déficits notables de infraestructura catastral. Y aquí utilizamos
el criterio de “infraestructura” en su sentido más amplio, puesto que dentro de
él incluimos:
- La infraestructura normativa, que incluye el conjunto
de normas de distinto rango que definen con precisión qué institución es
responsable del Catastro, cuáles son sus competencias y cuales sus métodos de
trabajo.
- La infraestructura institucional, que se refiere
al conjunto de recursos materiales (edificios, mobiliario, etc.), humanos y
financieros de los que dispone una entidad pública con funciones catastrales, y
con la que da cumplimiento a sus obligaciones.
-
Y finalmente, la infraestructura tecnológica,
que incluye todos los recursos de hardware y software, especializado y no especializado,
que debe de encontrase disponible para hacer frente a la captura, gestión y
divulgación de la información catastral, tanto gráfica como alfanumérica.
-
En definitiva, y como se resume
en la siguiente imagen, un proyecto de reforma catastral bien equilibrado
requiere de una plena integración entre infraestructuras y datos, si es que se
desea evitar riesgos graves en su desarrollo.
En algunos países latinoamericanos
se han puesto en marcha en los últimos años procesos de reforma catastral que
han otorgado un gran peso a la captura y actualización de la información
catastral, en todos sus aspectos. Así, se han adquirido ortofotografías y
modelos digitales del terreno, se ha elaborado cartografía catastral, se han
realizado barridos para identificar con precisión linderos y edificaciones, se
han capturado fotografías de todos los edificios, o se ha actualizado los datos
de titularidad jurídica o del valor catastral de las propiedades.
En algunos casos, estos procesos
de captura masiva de información se han realizado previamente a que existiera
una infraestructura legal, institucional o tecnológica ya establecida y capaz
de recibirla, olvidando una de las reglas básicas de la actividad catastral y
que no es otra que el enorme dinamismo de los datos que forma el Catastro, característica
me gusta resumir señalando, con humor pero también con rigor, que “nada se mueve más que la propiedad inmueble”.
No es infrecuente encontrar proyectos en los que las ortofotografías realizadas,
las nuevas cartografías o los datos jurídicos levantados se quedan obsoletos y
pierden buena parte de su valor en unos pocos años, porque no se integraron dentro
de un sistema que garantizase la actualización permanente de esa información.
Como consecuencia, algunos años después es necesario rehacer el trabajo
realizado al comprobarse que los datos se han quedado desfasados.
En definitiva, es como si se
hubieran adquirido los aviones antes de hacer el aeropuerto desde donde deben
operar, o como si se suministran los materiales para construir un edificio
antes de de que el arquitecto realice el proyecto.
En algunos proyectos recientes la
necesidad de desarrollar la modernización del Catastro en un periodo de tiempo
limitado obliga a las autoridades responsables a definir un modelo en el que se
ejecutan simultáneamente la construcción de la infraestructura y la captura de
datos. En estos casos, es imprescindible desarrollar una planificación del
proyecto de gran precisión, que garantice que el dato capturado no queda “flotando”
porque no se ha desarrollado todavía el sistema que debe acogerlo.
Mayor problema es el caso en el
que el conflicto entre instituciones desorienta un proyecto inicialmente bien
planteado, pero que se ve desviado en su ejecución. Este parece ser el caso de
Colombia en la actualidad.
En una reciente presentación de Mauricio Iregui, Subdirector
Finanzas Públicas Territoriales del Departamento Nacional de Planeación (puedes
encontrarla en el siguiente enlace:)
se indica que, en el momento
actual, la implementación del proyecto de catastro multipropósito en Colombia
viene marcada por el desarrollo previo de seis cambios estructurales y
críticos, que se describen en la siguiente imagen:
Sin embargo, los puntos 3
(reforma institucional) y 4 (Ley Catastral), -situados plenamente dentro de lo definíamos
en los párrafos anteriores como infraestructuras institucional y normativa-, se
encuentran pendientes de resolución, cuando deberían preceder a los proyectos
piloto ya en ejecución destinados a la captura masiva de información. Será
compromiso del nuevo Gobierno surgido tras las próximas elecciones aprobar el
ahora paralizado Proyecto de Ley por el cual se regula el Sistema Nacional
Catastral Multipropósito, lo cual supondrá no sólo la plena cobertura jurídica
del modelo, sino también la resolución definitiva de cuál será la institución
que finalmente lidere las competencias en materia catastral en Colombia.
Retomando la reflexión inicial, no
parece adecuado desarrollar importantes proyectos de “barrido predial” orientados
a la captura masiva de información, como se está haciendo por parte de algunas
instituciones colombianas, sin la existencia previa de una fuerte institución
catastral que lidere el proceso, y sea la base de las infraestructuras
normativas, institucional y tecnológica que todavía están por definir en el
modelo catastral.
Parece conveniente sugerir que
Colombia debería resolver los conflictos institucionales y legales que han
surgido alrededor del proyecto de nuevo Catastro multipropósito, y dotarse de
la adecuada infraestructura legal, institucional y tecnológica, antes de seguir
desarrollado proyectos de captura masiva de información.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEsta situación es muy semejante a lo que tenemos en Brazil donde no hay hasta el momento una institución que se encarga de coordinar lo proceso de Catastro. Pienso que esta institución deberia ser el Incra, poseedor de gran parte de las informaciones de mejor calidad.
ResponderEliminar