Es un hecho conocido que son
muchas las naciones latinoamericanas en las que sería necesario que las
autoridades responsables de las inversiones públicas dedicasen medios
suficientes para darle un fuerte impulso a sus catastros, mejorando tanto la calidad
de la propia información catastral, como los recursos y los procedimientos que
utilizan las administraciones catastrales. Sin embargo, en algún caso en
concreto, está necesidad se convierte en una auténtica urgencia.
Este es el caso actual de la
República Dominicana. El nuevo gobierno que acaba de iniciar su mandato ha
realizado una apuesta fuerte por la modernización del país. Para ello se guía
por un modelo estratégico denominado Estrategia Nacional de Desarrollo, donde
se describen con precisión las líneas maestra en las que apoyarán los gobiernos
dominicanos para impulsar el crecimiento económico y social del país.
Analizada en detalle la
Estrategia Nacional de Desarrollo se identifican hasta 31 líneas básicas de
desarrollo en numerosos ámbitos de actividad (tributos, ecología, economía,
modernización, servicios, seguridad, etc.), cuya eficacia se vería claramente
reforzada si estas iniciativas se apoyasen en una buena información catastral.
Pero existen dos iniciativas por
las que el nuevo gobierno ha apostado muy fuertemente en estos días, y para las
cuales un catastro no sólo sería conveniente, sino que es absolutamente
necesario: nos referimos a la reforma tributaria y a la estrategia nacional
para la titulación masiva de inmuebles.
No cabe definir una reforma
tributaria real en la República Dominicana, sin poner sobre la mesa la
tributación inmobiliaria. Salvo El
Salvador y Cuba, donde no existe el impuesto predial, no hay un país en
Latinoamérica que tenga un nivel tan bajo de ingresos derivados de la
tributación de los inmuebles, en relación con el Producto Bruto Interior. El impuesto
a las viviendas suntuarias no cubre estos déficits, ni resuelve las necesidades
de ingresos por vía de los impuestos propios de los municipios dominicanos. No
me cabe ninguna duda de que es imprescindible en el momento actual crear un
buen impuesto predial para la República Dominicana, sobre todo atendiendo a la
situación creciente del potente mercado inmobiliario del país. Y para eso se
necesita urgentemente un buen catastro.
Por lo que respecta al proyecto
de titulación masiva de inmuebles, la urgencia y la necesidad de disponer de un
buen catastro es igualmente evidente. ¿Cómo se va a otorgar un título de
propiedad sobre un territorio del que no conocemos su superficie y linderos?.
Todos los proyectos de titulación masiva que se han desarrollado con éxito se
han basado en trabajos catastrales previos, que delimitan una a una las características
de las parcelas que van a ser tituladas. Sin conocer el objeto del derecho (la
parcela), es muy difícil construir con calidad el título que otorga el propio derecho.
Por tanto, deberían las autoridades de la República Dominicana apoyarse en el
Catastro para garantizar el éxito de un proyecto de tanta importancia y tan
gran repercusión social.
No hay comentarios:
Publicar un comentario