Es sobradamente conocida la siguiente
frase de Albert Einstein:
"Si quieres resultados
distintos, no hagas siempre lo mismo".
La cita es oportuna en el momento
actual, en el que desde diversas iniciativas surgidas en distintos países se está planteando de
forma contundente la necesidad de hacer el Catastro “de otra manera”.
Como ejemplo de esta tendencia es
especialmente valioso el diagnóstico que se realiza de las causas que han provocado
el retraso en la implementación de un Catastro moderno en Colombia, que pone de
manifiesto cómo los procedimientos tradicionales seguidos hasta la fecha para la realización del Catastro, especialmente el rural, no han logrado en
años los objetivos deseados.
Para romper esta espiral, en distintos lugares se está apostando por desarrollar propuestas
sustancialmente innovadoras, especialmente en las metodologías aplicables al
trabajo de campo, integrando como propia la idea de fit-for-purpose, consistente en aplicar los procedimientos más
adecuados para cada propósito específico.
Estas
nuevas metodologías buscan lograr una especial agilidad y una alta
productividad en la captura de datos en campo, y se decantan por dos tendencias
distintas, pero seguramente complementarias.
Las primeras tendencias se apoyan
fuertemente en las nuevas tecnologías, y tiene su ejemplo más impactante en los
procesos, que ya se desarrollan en distintos entornos, que permiten lograr una
buena detección automática de linderos de las parcelas.
Se basa en desarrollar un proceso
que permite lograr la automatización total de la delimitación y extracción de
parcelas catastrales a partir de la información existente, -como imágenes
satelitales, ortofotografías, cartografías catastrales y temáticas, y
otras fuentes de información-. Estos antecedentes permiten ahorrar en la posterior
edición de geometrías. El desarrollo requiere implementar un algoritmo
matemático que tenga en cuenta dos aspectos imprescindibles: por un lado, el desarrollo
del proceso mediante una metodología automática de extracción vectorial a
partir de los datos ya mencionados y, por otro lado, mediante técnicas mixtas
donde se complemente información vectorial y raster, logrando con ello la
identificación de los contornos de delimitación catastral y la definición de envolventes
que recogen la información geográfica asociada a una misma zona catastral. Pura geoanalítica.
El segundo grupo de metodologías
impulsadas por la idea del fit-for-purpose,
se refiere al auge de lo que se viene definiendo como “cartografía social", o procesos de crowsourcing aplicados a la captura de
datos catastrales. Esta tendencia, que también se apoya en la aplicación de
tecnologías novedosas, puede valorarse en dos ejemplos recientemente puestos en
práctica.
El primero de ellos se refiere a
la realización de trabajos de levantamiento catastral mediante el uso de drones
y la participación ciudadana. Esta metodología consiste en el levantamiento de
cartografía catastral a partir de ortofotos capturadas con drones. Se inicia
contando con el trabajo de la comunidad, para marcar mediante pintura (puntos
visibles) los vértices de los predios que se van a fotografiar. Posteriormente
se realizan, mediante el dron la captura de imágenes que permitirán la
realización de ortofotografías express de alta resolución.
Dichas imágenes serán sometidas a un proceso de
ortorrectificación, utilizando los puntos de apoyo obtenidos previamente por
topografía tradicional. Finalmente, se produce la impresión de las
ortofotografías con los linderos propuestos, y se realiza un recorrido de campo
con la comunidad para definir correcciones sobre ellos. Según señalan los patrocinadores de esta
metodología “se espera que se pueda mapear una media de 35 hectáreas por día,
con un error de precisión métrica de 25 cm en (X, Y)”. Puedes saber más del
proceso en este enlace: https://www.youtube.com/watch?v=K78xOW7RbZw&feature=youtu.be
Una segunda metodología, que
también busca la definición de linderos mediante procesos de “cartografía
social”, puede encontrarse en una experiencia recientemente desarrollada en
Colombia, por la Cooperación holandesa.
La imagen es del artículo citado más abajo.
El trabajo a desarrollar consiste
en las siguientes operaciones:
-El recorrido se realizará
utilizando la ortofotografía del territorio a recorrer, sobre la cual
previamente se habrá dibujado una propuesta de los límites de los predios que
deberán ser visitados
-Se acompaña a los propietarios,
ocupantes o poseedores en un recorrido de campo, con el fin de que ellos mismos
puedan identificar los errores existentes en la delimitación de los linderos y
proponer la correcciones o rectificaciones oportunas.
-Los ciudadanos, con el apoyo y
el equipo técnico adecuado, -básicamente un teléfono móvil conectado por
bluetooth a un equipo ligero, tipo el R1 de TRIMBLE-, deberán identificar las
coordenadas correctas de los vértices de las parcelas. Los resultados obtenidos serán contrastados con los
alcanzados en otros predios mapeados mediante levantamiento tradicional, a
efectos de generar un informe comparativo.
En el siguiente documento se
describe la experiencia: https://www.researchgate.net/publication/284176876_Light_Mobile_Collection_Tools_for_Land_Administration_-_Proof_of_Concept_from_Colombia
Es indudable que estas
metodologías resultan sumamente atractivas por lo que aportan de simplicidad, vinculación de los propietarios con los resultados, alto volumen de captura de información en poco tiempo, y bajos costes. Pero
también es cierto que ponen de nuevo sobre la mesa el debate, no por viejo
menos crítico, de cuál es la calidad y precisión que estimamos necesaria para
generar la información catastral.
El debate está hoy en muchos
lugares, como en una Mesa en la que tuve ocasión de participar en el TOP-CART
2016, recientemente celebrado. Nadie quiere renunciar a la calidad y la
precisión, pero es cierto que en muchos países la ausencia de financiación
adecuada, de equipos humanos suficientes, o de tecnologías disponibles, ha
hecho que, finalmente, no se haya logrado implementar un Catastro moderno. Este
es el debate. Y a él deberían dedicar la debida atención los profesionales de
las ciencias de la tierra y la topografía, porque lo que es indudable es que
estas metodologías han venido para quedarse.
"Si quieres resultados distintos, no hagas siempre lo mismo".
ResponderEliminarEn mi opinión, si partimos del caso particular de la cartografía catastral en España, descartaría el retintado de ortos (independientemente del método de generación) debido a la alta indeterminación de los elementos físicos a representar.
Sin embargo la segunda opción desarrollada por la Cooperación holandesa si permite obtener datos topográficos más o menos precisos y volcarlos sobre una ortofotografía a escala media. A mi modo de ver solo faltaría complementar esa toma de datos de un receptor GNSS con la toma de fotografías de los elementos que definen la propiedad (pudiendo incluso georeferenciarlas).
Con el mayor de los respetos hacia el trabajo desarrollado en Cebú (Filipinas), automatizando el proceso podrán hacer 35 hectáreas de ortofoto al día, pero dudo que puedan definir la propiedad cuando en la mayoría de los casos no se aprecian esos límites de propiedad. La fotogrametría es útil pero la topografía es básica. Mientras no se utilicen métodos topográficos de forma indiscriminada, los resultados seguirán siendo los mismos.