martes, 8 de noviembre de 2016

Fit-for-purpose para Catastro: haciendo el Catastro de otra manera.

Es sobradamente conocida la siguiente frase de Albert Einstein:
"Si quieres resultados distintos, no hagas siempre lo mismo".

La cita es oportuna en el momento actual, en el que desde diversas iniciativas surgidas  en distintos países se está planteando de forma contundente la necesidad de hacer el Catastro “de otra manera”.

Como ejemplo de esta tendencia es especialmente valioso el diagnóstico que se realiza de las causas que han provocado el retraso en la implementación de un Catastro moderno en Colombia, que pone de manifiesto cómo los procedimientos tradicionales seguidos hasta la fecha  para la realización del Catastro, especialmente el rural, no han logrado en años los objetivos deseados.

Para romper esta espiral,  en distintos lugares se está  apostando por desarrollar propuestas sustancialmente innovadoras, especialmente en las metodologías aplicables al trabajo de campo, integrando como propia la idea de fit-for-purpose, consistente en aplicar los procedimientos más adecuados para cada propósito específico.

Estas nuevas metodologías buscan lograr una especial agilidad y una alta productividad en la captura de datos en campo, y se decantan por dos tendencias distintas, pero seguramente complementarias.

Las primeras tendencias se apoyan fuertemente en las nuevas tecnologías, y tiene su ejemplo más impactante en los procesos, que ya se desarrollan en distintos entornos, que permiten lograr una buena detección automática de linderos de las parcelas.

Se basa en desarrollar un proceso que permite lograr la automatización total de la delimitación y extracción de parcelas catastrales a partir de la información existente, -como imágenes satelitales, ortofotografías, cartografías catastrales y temáticas, y otras fuentes de información-. Estos antecedentes permiten ahorrar en la posterior edición de geometrías. El desarrollo requiere implementar un algoritmo matemático que tenga en cuenta dos aspectos imprescindibles: por un lado, el desarrollo del proceso mediante una metodología automática de extracción vectorial a partir de los datos ya mencionados y, por otro lado, mediante técnicas mixtas donde se complemente información vectorial y raster, logrando con ello la identificación de los contornos de delimitación catastral y la definición de envolventes que recogen la información geográfica asociada a una misma zona catastral.  Pura geoanalítica.

El segundo grupo de metodologías impulsadas por la idea del fit-for-purpose, se refiere al auge de lo que se viene definiendo como “cartografía social", o procesos de crowsourcing aplicados a la captura de datos catastrales. Esta tendencia, que también se apoya en la aplicación de tecnologías novedosas, puede valorarse en dos ejemplos recientemente puestos en práctica.

El primero de ellos se refiere a la realización de trabajos de levantamiento catastral mediante el uso de drones y la participación ciudadana. Esta metodología consiste en el levantamiento de cartografía catastral a partir de ortofotos capturadas con drones. Se inicia contando con el trabajo de la comunidad, para marcar mediante pintura (puntos visibles) los vértices de los predios que se van a fotografiar. Posteriormente se realizan, mediante el dron la captura de imágenes que permitirán la realización de ortofotografías express de alta resolución.

Dichas imágenes serán sometidas a un proceso de ortorrectificación, utilizando los puntos de apoyo obtenidos previamente por topografía tradicional. Finalmente, se produce la impresión de las ortofotografías con los linderos propuestos, y se realiza un recorrido de campo con la comunidad para definir correcciones sobre ellos.  Según señalan los patrocinadores de esta metodología “se espera que se pueda mapear una media de 35 hectáreas por día, con un error de precisión métrica de 25 cm en (X, Y)”. Puedes saber más del proceso en este enlace:  https://www.youtube.com/watch?v=K78xOW7RbZw&feature=youtu.be

Una segunda metodología, que también busca la definición de linderos mediante procesos de “cartografía social”, puede encontrarse en una experiencia recientemente desarrollada en Colombia, por la Cooperación holandesa.

La imagen es del artículo citado más abajo.

El trabajo a desarrollar consiste en las siguientes operaciones:
-El recorrido se realizará utilizando la ortofotografía del territorio a recorrer, sobre la cual previamente se habrá dibujado una propuesta de los límites de los predios que deberán ser visitados
-Se acompaña a los propietarios, ocupantes o poseedores en un recorrido de campo, con el fin de que ellos mismos puedan identificar los errores existentes en la delimitación de los linderos y proponer la correcciones o rectificaciones oportunas.
-Los ciudadanos, con el apoyo y el equipo técnico adecuado, -básicamente un teléfono móvil conectado por bluetooth a un equipo ligero, tipo el R1 de TRIMBLE-, deberán identificar las coordenadas correctas de los vértices de las parcelas. Los resultados obtenidos serán contrastados con los alcanzados en otros predios mapeados mediante levantamiento tradicional, a efectos de generar un informe comparativo.



Es indudable que estas metodologías resultan sumamente atractivas por lo que aportan de simplicidad, vinculación de los propietarios con los resultados, alto volumen de captura de información en poco tiempo, y bajos costes. Pero también es cierto que ponen de nuevo sobre la mesa el debate, no por viejo menos crítico, de cuál es la calidad y precisión que estimamos necesaria para generar la información catastral.


El debate está hoy en muchos lugares, como en una Mesa en la que tuve ocasión de participar en el TOP-CART 2016, recientemente celebrado. Nadie quiere renunciar a la calidad y la precisión, pero es cierto que en muchos países la ausencia de financiación adecuada, de equipos humanos suficientes, o de tecnologías disponibles, ha hecho que, finalmente, no se haya logrado implementar un Catastro moderno. Este es el debate. Y a él deberían dedicar la debida atención los profesionales de las ciencias de la tierra y la topografía, porque lo que es indudable es que estas metodologías han venido para quedarse. 

1 comentario:

  1. "Si quieres resultados distintos, no hagas siempre lo mismo".

    En mi opinión, si partimos del caso particular de la cartografía catastral en España, descartaría el retintado de ortos (independientemente del método de generación) debido a la alta indeterminación de los elementos físicos a representar.
    Sin embargo la segunda opción desarrollada por la Cooperación holandesa si permite obtener datos topográficos más o menos precisos y volcarlos sobre una ortofotografía a escala media. A mi modo de ver solo faltaría complementar esa toma de datos de un receptor GNSS con la toma de fotografías de los elementos que definen la propiedad (pudiendo incluso georeferenciarlas).
    Con el mayor de los respetos hacia el trabajo desarrollado en Cebú (Filipinas), automatizando el proceso podrán hacer 35 hectáreas de ortofoto al día, pero dudo que puedan definir la propiedad cuando en la mayoría de los casos no se aprecian esos límites de propiedad. La fotogrametría es útil pero la topografía es básica. Mientras no se utilicen métodos topográficos de forma indiscriminada, los resultados seguirán siendo los mismos.

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