viernes, 15 de noviembre de 2013

La hora del catastro griego.

En los pasados días el Gobierno griego ha dado publicidad a los pliegos para contratar los trabajos de descripción catastral e implantación de los servicios de apoyo, destinados a la creación de un catastro nacional. Supone un importe total de 572.076.228 Euros sin IVA, distribuidos en 28 lotes, que incluyen el 60% de la superficie del país, aproximadamente.

Por la cuantía anterior es evidente que ha llegado el momento, ahora parece que de manera definitiva, de crear y establecer el catastro de Grecia, único país de la Unión Europea donde no existe un sistema catastral establecido conforme a los estándares mínimos exigibles.

En esta ocasión el proyecto vuelve a surgir como consecuencia de la intervención de Grecia por la Unión Europea, e incluso, aunque no he podido confirmar esta información, parece que la iniciativa es financiada con una combinación de recursos propios del gobierno griego y recursos del Fondo Europeo de Desarrollo Regional. El cliente es E.K.X.A.  S.A., la Agencia Nacional de Cartografía y Catastro, de nueva creación, y que sustituye a la entidad antes denominada KTIMATOLOGIO.

El objeto del trabajo se centra en dos actuaciones diferenciadas:
-Levantamiento catastral típico, sobre todo de zonas rurales, elaboración de cartografía digital a partir de una ortofotografía ya existente, y trabajo de campo para identificar las parcelas y los derechos que recaen sobre las mismas.
-Distintas acciones dirigidas a los propietarios interesados, durante los siguientes siete años, para que aporten toda la documentación acreditativa de sus propiedades, y presenten observaciones y alegaciones. En muchos casos no existen títulos formales ni antecedentes sobre los que trabajar, pero si derechos ganados mediante la usucapión.

La información capturada se integrará en el Registro de la Propiedad, constituyendo la base de la operación de saneamiento masivo del sistema de propiedad inmueble  de Grecia. No parece que se quiera la captura de datos de las edificaciones, ni se vincula el proceso a la implantación de mejoras significativas desde el punto de vista del impuesto sobre la propiedad de los inmuebles.

Es de destacar que la Dirección General del Catastro de España ha colaborado en el desarrollo del modelo griego, donde se valora especialmente el sistema catastral español, por varios motivos. Entre ellos no es menor la afinidad cultural que existe entre los dos países mediterráneos. De hecho, para los que tuvimos la ocasión de vivirlo, la metodología ahora seguida recuerda mucho a los trabajos desarrollados en España para la modernización del catastro de rústica, donde se daban las mismas circunstancias de ausencia de títulos, y propiedades ganadas por usucapión.

Estamos seguros de que, ahora si, Grecia logrará su objetivo de dotarse del catastro que el país necesita. Para ello deberán demostrar que se han superado las graves limitaciones que hicieron abortar intentos anteriores, y entre las cuales los fenómenos de corrupción no fueron una cuestión menor.

Como nos recuerda Julio César Muñiz Pérez, autor del  artículo “La crisis griega y la ineficiencia catastral”, publicado en la revista CT-Catastro en 2012 y de lectura obligatoria para los que deseen profundizar en el tema, ya el 14 de octubre de 2002, en el acto de creación del Comité Permanente sobre el Catastro en la Unión Europea, celebrado en Ispra (Italia), los representantes griegos hicieron constar expresamente en el acta que su principal tarea en los próximos años sería establecer el Catastro en Grecia. Los que estuvimos allí recordamos bien ese momento. Once años después este compromiso, manifestado públicamente, parece que empieza a producir resultado.

Puedes encontrar el artículo citado en:





miércoles, 6 de noviembre de 2013

¡Ya somos 50 (+1) catastreros!.



Estimados catastreros: Nunca pensé cuando cree este blog como una aventura meramente personal, que acabaría interesando a tantos y tan valiosos profesionales. De corazón, muchas gracias por vuestro apoyo, que es mi mayor estímulo para continuar.

lunes, 4 de noviembre de 2013

¿De qué hablamos cuando hablamos de un geoportal de catastro?.

En los últimos tiempos me ocurre con bastante frecuencia cuando participo en reuniones o entrevistas profesionales percibir el interés de los responsables de los catastros de distintos países latinoamericanos por dotarse de unos adecuados y eficientes geoportales para sus servicios. Bajo distintas denominaciones (oficinas virtuales, sedes electrónicas, portal del catastro, etc…) todos buscan dotarse de la herramienta que les permita convertir sus sistemas catastrales en auténticos modelos de administración electrónica, bien adquiriendo nuevos equipos o sistemas, o bien transformando los servicios que ya existen parcialmente instalados.

Sin embargo, en algunas ocasiones se percibe una cierta confusión cuando se demanda un servicio de estas características, confusión que en algunos casos procede de un insuficiente análisis de lo que debería realmente ser un geoportal de catastro, y en otros de una inadecuada valoración de las ventajas que produce sobre la sociedad en su conjunto el disponer de un buen catastro, accesible y reutilizable.

Me gustaría hacer algunas consideraciones al respecto.

En primer lugar, un geoportal para catastro no se genera, desde luego, tan sólo con adquirir una determinada tecnología o equipamiento, aunque se trate de soluciones contrastadas y de reconocido prestigio. No es tampoco una mera puesta a disposición de las cartografías digitales a través de internet, ni un lugar desde donde es posible descargarse una ortofotografía. Es mucho más que eso.

En segundo lugar, el mejor geoportal no suple las carencias y baja calidad de una mala base de datos. Sin embargo, una deficiente base de datos no debería limitar la implantación de un geoportal de catastro (definiendo con claridad sus efectos jurídicos), puesto que se trata de una gran herramienta para socializar esta información y, a través de ella, depurarla y actualizarla mediante el trabajo adecuado. No olvidemos que los antecedentes catastrales que ya existen son auténticos diamantes en bruto, que sólo esperan a ser tratados adecuadamente.

Y en tercer lugar, y por no alargar más este comentario, un geoportal de catastro debe generarse a través del análisis pormenorizado del “ecosistema” tecnológico y social en el que ha de ser implantado, prestando especial atención a cuestiones tales como las políticas nacionales en materia de administración electrónica, los criterios de ahorro en el sector público, o la posición institucional respecto a la transparencia y la política de datos abiertos. Es a partir de esta observación como puede diseñarse un auténtico geoportal para catastro que, como se aprecia en la imagen,  ha de resolver múltiples cuestiones previamente a su implantación. Han de adoptarse distintas decisiones que afectan a temas tales como los productos o servicios que se ofrecen, los procesos que se desarrollarán en él, los formatos de entrega de la información, la existencia o no de datos protegidos, la adecuada gestión de usuarios, la necesidad de realizar o no pagos a través de esta plataforma o la adecuada aplicación de una auténtica política que propicie la reutilización efectiva de la información catastral por la sociedad.


Solo al final de este análisis es cuando estamos en posición de decidir cuál es la tecnología más adecuada para poner en marcha este proyecto. El desarrollo de la tecnología actual permite elegir entre distintas soluciones que pueden ser adaptadas a  las necesidades de  las diferentes oficinas del catastro que existen en Latinoamérica. Por tanto, corresponde a los responsables del catastro definir primero el modelo, al que luego se adaptará la tecnología, y no al revés.